Que mis manos se llenan de vidrios
al escribirte
ahora que te cerraron los ojos, ahora
que me lleno de plumas negras
y tu silencio es mío.
Y que puedo escribir ahora que estoy ebrio
mirando la oscuridad de la noche
y tengo miedo,
estoy cansado y solo,
y me duele todo lo que recuerdo.
Y que puedo escribir ahora. Del café oscuro,
amargo como mi llanto,
de la luna exasperada porque no viene nadie.
Me temo que ahora pasan los días sin esperar
y no queda nadie detrás,
el cielo gris oculta a sus victimas
y el amanecer está lleno
de aires pesados y de luces como arenas
sobre los ojos.
Que será ahora de mi rostro
con sus ojos muertos buscando el exilio,
que será de mi destino
con su odio, dejándome fuera de los vivos
y de los muertos.
Todos están muertos por aquí, excepto
tu alma que vive en mí.
- Autor: Matias 01 ( Offline)
- Publicado: 5 de julio de 2022 a las 20:05
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Francisco Gutiérrez, Ben-.
Comentarios1
Nunca hay que dejar de escribir
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.