Despierto pensando en ti
Y se vuelven los minutos
Incisivos por recordarte.
Empieza a desangrarse
El último trozo diminuto
De corazón que hay en mí.
Luego discuto con el espejo
Y con la sombra en la pared,
Hasta hacer un pacto.
Desayuno un tabaco.
Me levanto con algo de sed,
Y en la fuente me sumerjo.
Cierro las viejas cortinas,
Lentamente abro mi cajón.
Ese que oculta hojas de libreta,
Como herbolaria sin maceta
Adornando mi habitación;
Que en veces es cantina.
Que otras veces un castillo;
Con las paredes de metal,
Sin puertas, ni ventanas.
Solo el son de una flauta tibetana.
Siguiendo un áurea espiral
Que baila dentro de sus pasillos.
Normalmente paso el día
Y parte de la tarde en mi pieza.
Al salir la luna, es diferente.
Me vuelvo un cuerpo celeste,
Olvidándome de toda certeza,
Olvidando hasta mi poesía.
- Autor: Alberto Navarro. ( Offline)
- Publicado: 6 de julio de 2022 a las 14:10
- Comentario del autor sobre el poema: Un día común y corriente.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 60
- Usuarios favoritos de este poema: Nelly Castell, alicia perez hernandez
Comentarios1
SIMPLEMENTE MARAVILLOSOS VERSOS
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