Kadri es un joven que llama mucho la atención, pues, su forma de crear un psico lo lleva a la cúspide del estrellato. Kadri sólo quiere ser un científico audaz, tenaz y con mucho calibre, pero, sus ideas forman una encrucijada espantosa. Kadri posee muchas ideas fantasiosas y por ellas es capaz de hacer lo que sea por conseguir y hallar lo que nunca, el premio científico más alto en ciencias. Porque cuando en el altercado frío e indeleble de hacer creer en el alma ciega de espantos nocturnos se vio fríamente en la camorra más ideal en poder inventar una psico. Y hace todo lo posible y lo imposible, por crear una mujer robótica. Cuando en el arte del tiempo, y de la vida, sólo se siente como el mismo deseo de entregar lo más candente de la ciencia y de la magia de ver el cielo como lo que ve una psico que por delante de la vida cree en envenenar el aire de tiempo y de vagabunda desesperación, cuando ocurrió el desastre de creer en el trance perfecto de la vida misma. Cuando la psico le habló por vez primera en caer en la difícil tarea de ser lo más increíble de la razón con locura. Y Kadri escuchando a la psico y desnudando el arte de proseguir una ruta abrupta quedó Kadri sin espacios en su agenda de trabajo, luego de inventar a la psico y sin tener nombre. Cuando en el hálito impetuoso se dedicó a ser como el mal deseo de que en el instante por querer amar se enredó su sensacional perfección en crear a una mujer psico y sin nombre. Kadri en el altercado frío se perfiló con mala esencia y con una sola presencia, en que su destino se electrizó de un espanto cuando conoce a una psico, como mujer y sin nombre alguno. Kadri la creó, la inventó, sí, pero, él no sabe quién la controla. Kadri, en un majestuoso desenlace entre la psico y Kadri, quedó apasionado, enamorado, y tan enloquecido por ésa mujer, que lo llamó por su nombre, Kadri. Cuando, de repente, se vio entrelazando una conmísera buena atracción y de un buen sentimiento, se enamoró Kadri de ésa mujer psico. La psico se vio apasionada, y más que eso indeleble como el roble, una mujer dura y que perdura sus sentimientos en su mismo cuerpo robótico, y cmo una misma máquina perduró su obra en enamorar a Kadri de ella y de su apasionada trascendencia y tan efímera, pero, conceptual. Cuando se aferró el deseo de converger en el alma una suerte de entrever en el alma una sola verdad y era de que se había enamorado de Kadri. Cuando en el alma y una sola suerte, se vio Kadri entre la espada y una piedra, porque así era ésa mujer robótica, si era dura y como una misma piedra. Se vio fríamente adherida a la misma mala sensación de creer que el alma de Kadri era como la espuma creciendo cerca de la orilla de todo un mar abierto de esperas y de desesperaciones inconclusas en querer amarrar el amor y encadenar la suerte en el desván de la buena suerte por haber creado dicha mujer robótica y como una psico. La psico se rió, se enfrascó en un sólo delirio frío descifrando el cometido de envenenar hasta el alma con el amor que le ofrece la vida misma. Kadri la mira y observa a la psico, si era lo que quería y lo que converge en razón de creación pura e innata, original y tan verdadera como el haber creado a la psico de la mujer que se atreve a ver de frente. Cuando en el desván de lo inusual, se vio descendente y fríamente inadecuada, con la transmutación inalterada de espantos y de una sola posibilidad en ser el amor único y verdadero de Kadri, el científico más venerado de la fría temporada. Cuando en el instinto de Kadri vio a ésa mujer en frente de él, se dijo de que sí se había enamorado de ésa mujer robótica, la cual, Kadri había inventado por ser el mejor científico del invierno frío y tan friolero como la misma piel de ésa psico. Cuando en el ademán frío y tan irreverente y tan impasible, e insípido, y con una sola avidez en la codicia extensa y tan extrema de creer en el alma una sola razón de dar con el corazón un sólo amor en el mismo instante en que sólo quería convertirse en una verdadera mujer. Y por querer amar quedó Kadri con ésa mujer psico, la cual, envenena su alma y más a su corazón por una atracción benévola, eficaz y transmutada al mismo tiempo. Y Kadri enamorado, apasionado y con un latente corazón y con un sólo latido, cuando en el trance de la verdad en el instinto de Kadri se vio friolero, pero, incandescente cuando la pasión y el calor de ese amor en el corazón, se encogió por tanto y por tanta desesperación de creer en el amor a toda costa. Cuando en el percance de creer en el amor desértico de ese amor y por ser sí correspondido se vio Kadri entre dos y tres. Y se vio la psico amando y entretejiendo una sola red para atrapar a Kadri en su pobre, pero, muy astuto corazón sin saber que ésa mujer la controla alguien. Kadri sin saber, ni imaginar, se fue enamorando de ésa mujer robótica, de la psico, y de la verdad envenenada en creer en el silencio que le dejó una sola verdad de que sí estaba enamorada de Kadri. Y Kadri sin imaginar ni al menos sospechar de ésa mujer psico y sin nombre alguno le había robado y conquistado el corazón por un amor, y por querer amar. Cuando en el evento mágico de una sola solución, se vio enfurecida, intranquila, insípida, y retraída, pero, muy comprensible en dar a conocer de que Kadr el científico más diestro de la temporada invernal había ganado el premio mayor de la ciencia al crear e inventar con innato conocimiento a ésa mujer robótica y como un psico. Y Kadri creó a ésa mujer como Dios a la vida humana. Y con un insistente perecer en el acto de la vida misma se vio Kadri entre la pared y una piedra, y la piedra era ésa mujer robótica y trascendental que se vio Kadri enredado entre el amor y la pasión de su mismo corazón. Y era la época de la verdad, de la trascendencia, de la conspiración innata de hacer crear a una psico como mujer que lo amara como si fuera una verdadera mujer, en la que el destino y su camino le impuso por ser un científico diestro e inteligente con la salvedad de que su corazón se había enamorado y de una psico. Cuando, de repente, Kadri se vio en la encrucijada de querer amar a una mujer robótica, la cual, se enredó en la conmísera atracción y tan fría como en el evento de ciencia en que debía de entregar el robot para la publicidad exacta en querer dejar saber de ese robot en el mundo inerte de la atracción fijada de dejar saber al mundo de que sí existe un robot y sin nombre aún. Kadri se envenenó como el alma sin la luz que emana de la certeza y de la fría verdad. Cuando, de pronto, Kadri se entristeció de un sólo espanto nocturno, cuando en el alma y en la conmísera desventura se vio forzado a dejar en la publicidad a ésa mujer robótica en la prensa, y se llenó de unos celos oxidados de espantos y de inseguridad amorosa por ésa mujer robótica de que Kadri había inventado y de que sí había imaginado y que en su creación había acertado de una manera increíble y por una fuerza extraña por haber sido creada por las manos de Kadri. Cuando en el altercado frío y desnudo de un sólo tiempo en que la crudeza de la vida se vio extrañando la vida real y la vida cotidiana y con una rutina diaria. Si en el desierto frío se vio fríamente entregando a su creación y a su más innovador invento. Cuando, de repente, se vio jadeando en la espera y tan conmísera de que le entregaran a su robot, pero, no ve ni cielo abierto ni piedra blanda en el fuego latente de su pasión y en su corazón. Y por querer amar quedó el alma de Kadri y más de la mujer robótica cuando en el instante se vio sumergido de ensueños y de amores apasionados, sí, por un corazón robótico. Cuando en el instante de creer en el alma de Kadri que le teme a la vida, a la inestabilidad, y al deseo incoloro por creer en el ademán frío y de un sólo desnudo frío en dar a la suerte una conmísera mala atracción de amar con amor. Y con la exacta publicidad se enfrió el evento de la publicidad de ésa robot o psico que se presenta al mundo. Cuando en la vida y por pertenecer a la vida se envenenó hasta el alma en querer amarrar en el desierto frío de ver en el cielo una verdad transparente, e incolora, pero, transmutada. Y se vio álgido y tan friolero, como el mismo ademán y tan frío como el mismo evento, en que la publicidad exacta se enfrió en el tiempo y más en la vida misma. Y Kadri se envenenó de un sólo sistema de creer en el tiempo conmísero de atracción futura cuando en el corazón reina el amor entre ésa robot y Kadri.
Comentario del autor sobre el poema: ~ * ~ Sinopsis:
~ * ~ Kadri, era un buen joven, hasta que conoce en su corta existencia a una mujer que no tiene nombre, es una psico por mujer y electrónicamente controlada por alguien que Kadri descubre luego…Mi #13 de novela corta en el año 2022…Mi #101 de novelas cortas hasta en el año 2022…
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