¿Que espuria fama te tuerce,
absortamente negada en un cielo casi oscuro?
¿como te fuiste a quedar en la maldita ciénaga urbana?
¿que diablos ardieron en tu cerebro mustio?
¿que diablas?
Sin pausa buscando el misterio del cuento
emerge del cuadro porfiada
la absurda intencionalidad
de tus brazos de nieve
de tus puertas ardientes
de tu armado implacable
en juicio indecible.
Para nacer de nuevo
no podré repetir lo eterno
más bien mi bien complejo
que adora los parques y el sol desde lejos,
desde el mitar de la sabia silente
recorreré las casas solitarias,
perdido en las habitaciones
del corazón mancillado,
cursi y doblado
horrendamente distante
cercanamente tardío.
- Autor: Lugar (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de junio de 2009 a las 20:13
- Comentario del autor sobre el poema: Aprendiendo a celebrar los inviernos.
- Categoría: Fecha especial
- Lecturas: 88
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