No hay como dormir
con los ventanales abiertos
a la montaña y al cielo estrellado,
con tan solo el sonido
del suave discurrir de un río
y el aullido
de quizás algún que otro lobo tardío
que le molesta la luna para cazar.
Y al amanecer,
despertar con el reflejo tenue del sol en la cima,
el canto de los pájaros
o el maullido
de un gato montés en la ladera.
- Autor: Artin Zálëz (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de julio de 2022 a las 22:16
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 20
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