Si tu Dios me diera la eternidad de tu presencia,
no sé qué haría para que perdurara la vida mía.
Es muy triste tener que confrontar tu ausencia
y vivir sin tenerte, que era lo que lo más temía.
*-*
Desde el calvario que me he impuesto voy orando.
Pido al Señor de mis plegarias, me dé a mí fortaleza.
Sufro tanto amándote que, sin duda, voy pecando.
Y para pensar claro, no tengo muy bien esta cabeza.
*-*
Sí la vida me ha dotado de una preclara inteligencia,
me pregunto, noche y día, qué hago para olvidarte.
Hasta hoy he labrado contigo el amor y la indulgencia.
Que no se atrevan a decir que yo a ti no supe amarte.
*-*
Todo en esta vida tiene un comienzo y un claro final.
El Creador, lo ha dispuesto y conviven vida y muerte.
¡Ah! el acto de amar o de odiar, puede ser también fatal.
Nadie ose decir que, amarse, es sólo asunto de suerte.
- Autor: Rainajim (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de julio de 2022 a las 10:20
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 21
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