Eres la tierra y su obsequio
germinado en bosques,
donde juegan las aves y los animales,
donde brota la cosecha,
que alimenta de esperanza,
las manos de quienes cultivan y siegan,
de quienes acarician y aman.
Eres el alba y el jazmín,
alabando la mañana,
con el regalo del viento,
que sopla entre sueños y recuerdos,
encendiendo la luz para los perdidos y derrotados.
Eres la vida y su regalo,
el cuerpo del alma donde habita el latido,
indivisible, inseparable de tu rostro.
Sin nombre, lejos de lo malo,
como la barca en pleno río,
llevándome a la orilla,
salvándome del naufragio.
Eres el camino, que me aleja de lo mundano,
de formalismos y rituales,
sacudidos de dogmas, empapados de eternidades.
Eres la realidad de mi ahora
sin flechas para causar heridas,
sin dolores ni miseria.
Eres mi verdad, eres lo extraño.
El refugio para mí intemperie.
La tempestad y el tornado.
Eres la luz en mis ojos.
La dicha en mis labios.
- Autor: Jose Barrientos (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de julio de 2022 a las 11:44
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 70
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.