No te vayas, fui tu hija
mientras nuestras manos se entrelazaban
paseábamos y yo en ti confiaba
y mis ensueños en ti tiernamente reposaban.
No te vayas, soy tu madre
mientras tus manos apretaba
nunca quise que te fueras
de mis entrañas,
pero te deje ir a tierras lejanas.
Y aunque te fuiste y echaste raíces
tu sabes que en mi, esta tu morada.
No te vayas, fui tu hermana
mientras nuestras manos se juntaban,
el tiempo desprolijo tropezó en nuestro juego,
y te perdiste entre las nubes de un cielo sin final,
pero sigues estando entre mis empolvados recuerdos.
No te vayas, fui tu nieta, la pequeña
quien contigo de la mano tomada,
hacíamos un recorrido
por las veredas del alma,
aún te veo entre la niebla
con tu manos amantes de la tierra.
Hoy, en esta adultez de manos llanas
me toma de las manos
el ángel de la guarda,
el que guía mi solitario camino
el que se anuncia con campanas
- Autor: catia-love (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de julio de 2022 a las 07:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
- Usuarios favoritos de este poema: LEONARDO HENRRICY, Rafael Huertes Lacalle, José López Moreno.
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