A esos ojos que contemplan el cielo
con ellos, alegres, quiero cruzarme
y encontrar nuevamente el perfume
de la corriente del viento, sin velo.
El óvalo aparece en el crepúsculo
mientras mi alma apresurada se duerme
e intenta soñando que se transforme
con el azul del futuro regalo.
Eres mi templo querido firmamento,
y con el brillo tan tuyo, celeste,
cambias mi rojo corazón de aspecto.
Tengo en mis manos un gran nacimiento
una mirada sencilla, sin límite
un pensamiento ágil sin tratamiento.
Galilea R.
- Autor: Cora_poe ( Offline)
- Publicado: 19 de julio de 2022 a las 08:17
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
Reina gusto leerte tus bellas letras saludo abrazo fraternal cuidece y su familia bendiciones desde Ecuador
Un saludo, muchas gracias 🙂
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