Recuerdo que crecieron como hermanos.
Él era su defensor en cada batalla de lanzas
y el juego los acercó más, como humanos.
Él con ella, siempre conformó sus alianzas.
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Se le criticaba esa fiel defensa y protección.
Eran unos niños, sensibles e imberbes aún.
Él lo sabía, ella ni había hecho la comunión.
Los adultos los miraban jugar y era común.
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Él confesó su apego, pero no sabía del amor.
Comenzaron las conversas en serio secreto.
Tuvieron pudor y el miedo les trajo el dolor.
Y la tía pronunció, de separación, un decreto.
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Ella sintió que, su frágil cuerpo, allí se moría.
No podía imaginar qué era eso del convento.
Se puso a rezar oraciones a la Virgen María.
Toda su dicha, la opresión la tornó tormento.
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El tejido, sería su juego y ello fue su agonía.
No se le dijo nada y se miraban muy tristes.
Vigilarlos los adultos ya se tornó una manía.
Se le explicó: irás al convento “Ya creciste”.
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Lo que Dios, allá en su trono une, unido será.
Al pasar de los años, cada uno, hizo su vida.
Pero, el amor bendito, nunca jamás morirá.
Hoy de vuelta, no hay quién, su amor impida.
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Autor:
Rainajim (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 23 de julio de 2022 a las 10:59
- Categoría: Amor
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: Freddy Kalvo, Mauro Enrique Lopez Z., Ann🌼, Rafael Escobar
Offline)
Comentarios5
Qué hermanos son? Un abrazo Raiza,
No, sí primos. Antes los primos ni se miraban, era considerado incesto.Cosas de los tiempos.Saludos.
Raiza gusto leerte tus letras me encantó saludos desde Ecuador cuidate y su familia bendiciones
Grato encontrarte Mauro, lo mismo deseo para ti y los tuyos...Amor y bendiciones.DTB.
Preciosa historia infantil que creo que muchos de los que te leemos nos hizo recordar los primeros ensueños de amor que vivimos. Mi sincera felicitación te lleva mi gran afecto y admiración.
Gracias Poeta...
En verdad comencé a recordar una novela que leí cuando tenía como 12 años. Titulada Incurables. de Virginia Hermoso. Venezolana.Nunca olvidé ese drama de amores adolecscentes y casi prohibidos.Saludos y gracias por tu presencia que aprecio.
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