Distribuyendo riquezas
parcelas limpias de escarabajos,
sótanos desvencijados, de aroma
mustio, mortecinas alambradas
donde reposan las insignes alabanzas.
Ya recreándose, convergiendo en corrientes
trituradas, como espacios sin vértebras,
dispensando burdas imitaciones luciferinas.
Y el color de esas serpientes sin piel ni voz,
donde la roca descansa eternamente, dichosa.
O muriéndose, jazmín oclusivo, en un lento
esparcir de estambres quietos, o pistilos iracundos:
en esas leves espumas que el aire aquieta.
O resbalando, desde la altura del pino, hasta
la palabra, o la astucia, el pie enjuto o viperino.
Así, con esas perentorias rozaduras, lluvias
repentinas, celosías donde se estrellan como barcos
nocturnos, aviones, vencejos, murciélagos, sangres
enquistadas.
Con esa cabeza rota del alfiler de una navaja,
con esa quietud del imperdible fatigado sobre la caja,
con la inmensidad del costurero aplazado, o sobrevenido,
ininterrumpidamente.
Incrementando su hoguera de beneficios plácidos,
donde luego lloran los atribulados tan pálidos como hojarasca.
Y se llevan los perros la noche en su intento de usar
un juguete de saliva.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 30 de julio de 2022 a las 20:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: clonariel, Jordina👩🔬
Comentarios1
Nunca a la violencia animal. Sea perro, toro o delfines
Gracias clonariel, un abrazo!!
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