Nuestros ojos, han sido y siguen siendo unos incansables
viajeros...
Son conocedores, de infinidad de lugares, y testigos presenciales
de cielos distintos.
Ellos, han visto noches mágicas, días maravillosos, y también
tristes. Pero no conocen ni entienden de penas, odios ni
clemencia. Están deseosos de encontrar otras personas,
para cambiar impresiones...
Cierta noche, se presentó la ocasión de preguntar quien sabia
cuantas estrellas existen en el firmamento, alguien dijo que
muchos millones.
¡Es maravilloso contar con una estrella, para cada momento!!.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.