Ya más tranquilo,
Escucho el sonido de la cortina,
Y el rugir de la luna temblando en el vidrio,
Las calles callaron medio segundo antes de caer; los bohemios desangran su marchitez y caen en el limbo,
La sola presencia del día los hace temblar.
Sabemos que estamos a medio termino, cómo acostados en una cinta elástica...
Entra el día, sale la noche (por la misma ventana)
Se nubla el aire de mi cuarto mientras se disipa allá afuera,
La luna moribunda empieza a balbucear:
-Vamos a ellos. Murmura hinchada...
Rompamos con tensión el hielo,
Armemos a las hadas en vuelo,
Desatemos el polen de los caminos estrechos entre la escarcha cada vez menos azulada...
Y el agua le responde en cada garganta,
En cada ojo, en cada hoja,
Sin conocer los hechos se limita a apartarse, a repetir el ciclo
Como quien necesita pensar, o respirar...
Reflexionar de día o de noche...
Me encuentro en la mitad,
Ya más tranquilo,
Ya más en paz,
Vigilo a mis sueños
invitándolos a escampar.
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