Síndrome de Abstinencia

Destrózame con palabras o con acciones, pero no con abandono, no con aislamiento. Dame una razón para morir, dame motivos para sufrir, no permitas que mi imaginación cree escenarios irreales que desemboquen en la locura.

No tienes idea de lo que me quitas tan despiadadamente, tan cruelmente, de tajo. No es una ilusión, no es un pasatiempo, es un propósito lo que estoy perdiendo. Es desbalancearme, es torcer mi realidad, es un reacomodo de ideas, de costumbres, de sentimientos, es andar por la vida como fantasma, es ver a lo lejos cómo transcurre el tiempo, es expresar ideas vacías, es conversar por conversar, es trazar caminos nuevos en los que no tropiece con tu recuerdo.

Es tan difícil vivir así, sin rumbo, sin razón. Siento que me asfixio con mis propias palabras, siento que grito a alguien que no habrá de escucharme. ¿De qué sirve ahora mi voz? ¿de qué sirven mis palabras? Las silenciaste con un solo movimiento, de la nada hacia la nada, sentenciadas al olvido.