Como todo el que ha llevado alguna vez cadenas,
escucha por doquier su sonido.
—Nieztsche. Gaya Ciencia. Aforismo 32, el esclavo, versículo final.
Rescoldo.
Tus brasas siguen calentando mi hogar.
En esta mañana fría de invierno,
con la escarcha asomando a la ventana,
sigue tu calor, tu recuerdo, caldeando...
Cuando termino la faena cojo un libro,
me siento dentro de un sillón azul
y me pierdo entre las tinieblas.
Cojo en sueños mi bacía de barbero,
monto a lo lejos cuatro molinos de viento,
me subo de un salto a un caballo de cartón,
y ruedo, ruedo contra los brazos poderosos
de esos gigantes que me citan desafiantes.
La aventura que me ligó a ti fue intensa.
Fue intensa por lo difícil de vernos,
por el deseo insatisfecho, o medio satisfecho
—que para el caso es lo mismo— y fui Tántalo.
Fui Tántalo porque tenía la manzana
a mi alcance, a la altura de la boca, y cuando
hacía el gesto de aproximación se alejaba.
Eso mismo me pasaba contigo —sentí
en carne propia lo que debió sentir él—,
y esa angustia se hizo carne en mi carne
y se ha quedado grabada a fuego forever.
Sí, fueron cadenas las tuyas, y de envergadura...
Hace un año que no te veo, por estas fechas,
pero tu fuego —al menos tus brasas— siguen
abajo, en la sentina de mis recuerdos, calentando
este frío invierno, aquí, en medio de este bosque.
Donde estés, si es en el cielo también, te deseo
lo que no hallaste conmigo, un poco de paz.
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de agosto de 2022 a las 07:42
- Comentario del autor sobre el poema: Cuando queda algo imborrable que te va minando poco a poco.
- Categoría: Perdón
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Lucía Gómez, lacarmentere, Alexandra L
Comentarios3
Encantador texto!!! Invita a volver a leerlo y reflexionar acerca del perdón, que es lo que nos permite continuar la marcha. Un gusto visitar tus letras. Mi abrazo en la distancia.
"Sí, fueron cadenas las tuyas, y de envergadura...
Hace un año que no te veo, por estas fechas,
pero tu fuego —al menos tus brasas— siguen
abajo, en la sentina de mis recuerdos, calentando
este frío invierno, aquí, en medio de este bosque.
Donde estés, si es en el cielo también, te deseo
lo que no hallaste conmigo, un poco de paz."
Las personas pasan y hay que dejar que pasen si no queremos sufrir. Un abrazo,
Maravilloso relato.
Gracias por compartir, poeta.
Saludos.
Me alegro de que te guste Hugo Emilio Ocanto, poeta de Santa Fe Argentina jajaj.
jaja
Una historia que conmueve. La honestidad de un corazón desnudåndose y el amor que aún sigue, aunque sólo sea para desearle paz al que ya no está ( a la que ya no está).
”Hace un año que no te veo, por estas fechas,
pero tu fuego —al menos tus brasas— siguen
abajo, en la sentina de mis recuerdos, calentando
este frío invierno, aquí, en medio de este bosque.
Donde estés, si es en el cielo también, te deseo
lo que no hallaste conmigo, un poco de paz."
Abrazo 🥰
Otro para ti Tere. Que te lo pases bien este finde.
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