El desastre que queda

Estoy buscando mentira en tus palabras. 

Estoy esperando el momento en que cada una caiga. 

Porque lo he pasado antes y es inevitable no esperarlo después de varias.

Perdone si dudo, si vivo expectante y con sigilo.

Uno ya no sabe cuántos vacíos más resista, cuántos abandonos y cuántos latidos de corazón perdidos como arena entre las manos pueda seguir dejando ir. 

Y a veces me aviento porque quiero aferrarme a ese momento en qué logro tenerlo.

Pero tengo miedo, mucho miedo.

Y tan solo quisiera dejar de recorrer todos los caminos y que tan solo venga a mí.

Sin mirar las alturas, distancias y caminos, solo venga a mí.

Porque cada que puedo salto hasta usted aun con el terror en los huesos.

Porque quiero creer, quiero dejar los miedos, y sentir que puedo florecer sin el temor de que arranquen todo lo que genuinamente nace de mí.

Así que solo venga a mí, a pesar de todo y de que esté muy atrofiado dentro de mí.