Según todos los vaticinios, el invierno se presenta fiero. Al menos así lo indican los entendidos en materia económica o los políticos, y cuando a los políticos les entra el pesimismo, más nos vale echarnos a temblar: Los precios de los alimentos, de la energía o de los combustibles, que ya están por las nubes, parece ser que llevan inercia de traspasar la frontera de la estratosfera, y a la inflación no se le ve techo.
Por ello he trabajado duro este verano, como las hormigas, no por lo duro del trabajo en sí, porque adoro mi trabajo, sino por no haber podido pasar contigo todo el tiempo que quisiera, y por eso he estirado hasta el límite cada segundo que he pasado a tu lado. Lo peor ya ha pasado y aunque el cochinillo es pequeño, ya lo tengo lleno por si fuera preciso darle un martillazo.
Se acerca el inicio del curso académico y me enorgullece enormemente saber que otro año más podré hacer frente a tu material escolar, o que en septiembre podremos ir algún día a la feria a montarnos en el barco vikingo, ¡Te chifla el barco vikingo! y mientras a ti te chifle, yo seguiré siendo el capitán.
El encarecimiento de la energía no me preocupa demasiado porque nunca he necesitado calefacción y no la voy a echar en falta ahora, aunque la subida del precio de la luz indirectamente nos repercute a todos, porque hoy el mundo se mueve con electricidad y al subir de precio, de rebote también sube la comida o la ropa. Pero bueno, no nos faltará una manta para darle esquinazo al frío y si no nos alcanza para jamón, comeremos mortadela, pero comeremos al fin y al cabo y, lo principal, comeremos juntos.
- Autor: Joseponce1978 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de agosto de 2022 a las 11:03
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
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