Algunos,en determinados momentos, decidimos
seguir los pasos, de aquella persona querida, que por causas
diversas decidió ausentarse, quedando ese vacío en lo que
fué nuestro refugio...
Está en nuestro deseo, -por que negarlo- el poder volver a ese
refugio, sobre todo en esas noches de frío invierno.
No es fácil olvidar, de igual modo, que la flor no ignora los
pétalos desprendidos de su cáliz!!.
Ambos, nos complacíamos en aquellas noches de luna llena,
con esos juegos donde ejercíamos nuestro papel de profesores,
con la finalidad, de demostrarnos cuanto sabíamos a cerca
del amor. ¡Fueron tiempos, en los que aprendimos algo de
ese digno arte!!.
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