Dios ya nos abandonó, dónde está, a dónde fue, o quizá, se hace de la vista gorda, no quisiera dudar, pero he creído que, quizá, no existe, mi fe va en picada, pero a qué me encomiendo, a quién le ruego por un poco de paz, duermo y al amanecer la mala situación va en aumento nada mejora.
Da tristeza ver en el noticiero que las calles de mis barrios se llenan de sangre.
Se recrudece la violencia, niños, jóvenes y viejos son víctimas del terror que se vive cada día, la paz está alejada de nosotros, el miedo invade mentes que desde hace tiempo habían estado creyendo que son más los buenos que los malos y, tal vez, sí. Somos más los buenos que los malos, pero somos los buenos quiénes nos callamos ante las injusticias por el maldito miedo.
- Santiago Ch.
- Autor: Santiago Ch. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de agosto de 2022 a las 03:23
- Comentario del autor sobre el poema: La violencia crece y no hay valiente que la pare, hasta yo tengo miedo de un día salir a las calles y no más volver a casa con los míos.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
sí, esa es la sensación de la pérdida de la fe, Dios se esfuma como vapor de agua.
no es porque él se va que la fe se pierde, sino al revés...
En cada momento intento no dejar de creer porque si llega a suceder la perdida total de mi fe, entonces creo que ahora sí estaré perdido.
Saludos compañero Eduh!
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