No tengo nada

¡ENSAYO!
No tengo casa.
No tengo padre...
No tengo madre...
Muero desde las entrañas
Y extrañas mañas me acompañan.
El único lapso de tranquilidad lo tengo en grandes y obscuros campos, bajo arbustos largos.
¿Y en dónde está mi madre para que me acobije en su ceno?
¿Y en dónde mi padre para que me aconseje en su regazo?
No tengo casa.
Probablemente no tenga patria.
Los unos la han devastado.
Los otros se la han carcomido.
No tengo hermanos.
Todos han tomado diferentes caminos.
No hay estrellas en mi cielo.
El gato que me recibía se ha muerto. 
Se pudre su cuerpo al fondo de la tierra. 
Un nudo en la garganta se me ha quedado atorado mientras en el quizás de la esperanza su alma flota al limbo, como han de flotar aquellas hojas en danzas versátiles cuando suavemente y con delicadeza caen al césped en aquellos airales de las tardes callentes. 
Es invierno y las nubes tapan la vista de los breves cometas.
Hoy no hizo sol al horizonte.
Hoy no hay un amigo ni un lugar que soporte los bordes de mis ojos asueñados.
Incomprensible es mi camino.
Y mi vuelo es un poco más largo que el de los demás.
Más sufridas vidas han habido.
Y aún así, no me explico porqué sigo llorando mis absurdas y pusilánimes pérdidas que a fin de cuentas al salir de mi boca al viento, no tienen forma ni sentido.
¡Pero es mi dolor!
Y por muy pequeño o grande que así sea.
¡Es mi dolor sobre esta superficie incomprensible de la tierra! 
Aun así,
¡pequeña o grande pena mía!
No se limita a existir en cualquier momento del día.
Aunque ya este por la mitad o al concluir la data.