No desprecies el espíritu para enaltecer el cuerpo,
ni olvides el cuerpo cuando te complace el espíritu.
Si el espíritu y el cuerpo se desunen
solo queda apatía e ignorancia,
pero, cuando los dos se enlazan
en matrimonio de amor transparente,
se abren las conciencias
y renace el alma en una palabra sublimada.
Es el fruto maduro de la humanidad.
- Autor: Raimon Arola ( Offline)
- Publicado: 4 de septiembre de 2022 a las 06:04
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
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