Un poema solitario

El-aprendiz

Escondido en un recodo,
de esta mente que me falla,
un poema yace solo
tan ausente de palabras.

Se ha callado para siempre
y guardó sus rimas claras.
No gritó con voz potente
de la vez que yo te amaba.

Pero habló con su silencio
que anidado entre mis ojos
se extasiaba en el momento
de mirar tu ser hermoso.

Y voló con alas fuertes
por el campo imaginario
de la pluma que arremete
con la tinta que derramo.

Pero al fin de la jornada,
cuando el alma desfallece,
se le borran las palabras
y sus versos no aparecen.

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