Enamórate de mi boca,
mas no cuando suspira anhelando tu beso;
ámala cuando se rompe al grito,
cuando maldice de dolor, cuando te quema.
Enamórate de mis ojos,
mas no cuando se entornan en lo dulce de un guiño;
ámalos cuando les nubla el llanto,
cuando se enturbian con alguna pena.
Enamórate de mis manos,
mas no cuando te acarician con ternura y cariño;
ámalas cuando tiemblan de rabia,
cuando se crispan, se cansan y te sueltan.
Enamórate de mi voz,
mas no cuando te regocijas con su acento;
ámala cuando estalla, cuando exige,
cuando no puede callar, cuando blasfema.
Enamórate de mi piel,
mas no cuando se eriza con tu roce;
ámala cuando, herida, te rechace,
cuando el tiempo la dañe y te parezca ajena.
Enamórate de mi contraparte,
de mis zonas erróneas, de mi otra cara.
Ámame cuando me vuelva extraña,
cuando veas que me aparte de las buenas costumbres.
Cuando no siga el rumbo
que ha seguido por siglos la misma muchedumbre.
Cuando me vuelva brasa que te queme los dedos;
no quieras que sea humo que sin más se diluye,
mira que yo no puedo
¡yo soy la misma lumbre!
Enamórate entonces, de mis malos momentos.
¡Ámame sin tapujos, no me cortes las alas!
Ámame como un día
llegamos a decirlo, sin hacer juramentos:
ámame en la tristeza, ámame en la alegría,
en la vida, en la muerte, en las buenas y malas.
- Autor: Josephine Barrett (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de septiembre de 2022 a las 12:31
- Categoría: Amor
- Lecturas: 38
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque
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