Alegría, felicidad, ilusión.
Gozo, esperanza, fortuna.
Todas a orillas del río Pirá.
Todas en su compañía.
Vivía un sueño en San Miguel.
La luz de sus ojos,
iluminaba el camino,
Su voz era una sinfonía,
Y el roce de su piel,
Suaves pétalos de rosas.
Unos días bastaron,
Para volverme adicto a su compañía.
Una semana, el lapso inquebrantable.
Luego ansiedad, fatiga y sudoración.
Ella no estaba presente.
Nos separaba la espesa selva.
El tratamiento del síndrome: lejanía,
quehacer y cuidados paliativos.
Los últimos, basados en posiones
Etílicas, en cantidades que inundaban
El circuito y eliminaban la razón.
Pero el alcohol es un recurso infame,
Estremece los sentidos y acompañado
De alguna melodía, se drena por los ojos.
Los días se preven grises por un tiempo,
Pero rehabilitarse es necesario.
La vida sigue. Este es solo un acto.
- Autor: Thor (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de septiembre de 2022 a las 05:54
- Categoría: Amor
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: Dux Den, alicia perez hernandez, migreriana
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