Acuérdate mujer
Acuérdate, que siempre te quise y te adoré mujer hermosa
Y de mis manos salieron aquellos jardines florecidos de rosas
Acuérdate, cuando te propuse que fueras mi dulce y adorada esposa
Lloraste de emoción y te pusiste acelerada, sudorosa y nerviosa
Acuérdate de aquella cena a la luz de la luna, en la oscuridad misteriosa
En las que veía luces en las penumbras, de sombras misteriosas
Acuérdate mujer querida, de aquellos olores de fragancias maravillosas
En las que tu bello cuerpo desprendía perfúmenos y aromas, deliciosas
Acuérdate mujer, cuando eras mi encantadora musa adorada y preciosa
Eras mis versos, mis pensamientos y mis poesías asombrosas
Acuérdate de aquellas miradas de guiños de amores y de besos cariñosa
De aquellas señales en medio de las soledades y de vigilancias rigurosas
Acuérdate, cuando revoleteabas como mariposa encantadora vigorosa
Vestías de bellos coloridos y de tus prendas estrafalarias caprichosas
Acuérdate mujer enamorada, cuando te bajaba la luna en aquellas noches iluminadas majestuosas
Te hacía ver las estrellas y tú solo veías mi lucero de pasiones y calores esplendorosa
Acuérdate de aquellas lágrimas, que desprendían de tu rostro acalorado sudorosa
Eran lagrimas de llantos de emociones, de cariño y de abrazos afectuosa
Acuérdate esplendida mujer, de aquellos juramentos y de promesas milagrosas
De aquellas huidas de escapatorias, de nervios y de agites presurosas
Acuérdate de aquellos delirios de emociones y de alegrías del olimpo gloriosas
De aquel pasado hermoso y de la vida alegre, de gritos victoriosa
Acuérdate guapa linda, de aquellas tardes de arreboles y de tenues gotas de aguas lluviosas
Noches de rayos y centellas y de sonidos de relámpagos tormentosas
Acuérdate de aquel árbol inmenso, donde hacíamos el amor y nos cubría con sus ramas frondosas
De aquellos domingos de misa y de bendiciones de unión, de paz, de Dios Todopoderosas
Acuérdate de aquel nicho de pasión y de aquel nido donde se rasgaba tu vestimenta vanidosa
De aquellas risas y carcajadas, de mentiras sin verdades engañosas
Acuérdate de tus orgullos, de tus horribles egos, de tus soberbias, de tus iras iracundas y de tus rabias energúmenas celosas
De aquellos portazos con rencor, como fiera que se bate como leona belicosa
Acuérdate de aquel adiós para siempre, de gritos temblorosos y de risas fervorosas
Me marché en medio de mi soledad, en una noche de primavera bella y esplendorosa
Cerraste la ilusión del camino y de aquellas penas de llantos pesarosas
Te alejaste de mi playa, llevándose mis arenas y mis olas de burbujas pegajosas
Voy solitario y vagabundo por un camino árido y polvoriento, de avatares pavorosas
Se escucha a lo lejos de la montaña una canción, que retumba en mi corazón y que me recuerdan tus latidos de pasión melodiosas
Acuérdate mujer hermosa, que aquí dentro de mi alma vivirás para siempre, como la rosa y como mi orquídea florecida maravillosa
“Joreman” Jorge Enrique mantilla – Bucaramanga sep 26-2022
- Autor: Joreman (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de septiembre de 2022 a las 09:18
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 38
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