A Hamilton Rener
¡Ay del dolor!… la muerte tan fatales
males en mi alma quiso propagar,
pero la luz que siempre de los males
penas disipa súpome ayudar.
Porque vertió en mi copa su ponzoña,
dulce ponzoña de ácima nostalgia,
pues… pareciome al vino de Borgoña
¡pero sabía que era la nostalgia!
¡Ay del dolor!… la muerte tan fatales
males en mi alma quiso propagar,
pero la luz que siempre de los males
penas disipa súpome ayudar.
Quise surcar los mares tormentosos
pero me hallé a mi paso los peñascos;
fueron los mares gratos y tortuosos
hechos de ensueños, hechos de los fiascos.
¡Ay del dolor!… la muerte tan fatales
males en mi alma quiso propagar,
pero la luz que siempre de los males
penas disipa súpome ayudar.
Todas aquellas penas y congojas
guardo ya en esta rosa que deshojas.
- Autor: SirAvles (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de octubre de 2022 a las 23:46
- Comentario del autor sobre el poema: Creo que si un poema es bueno, no es necesario explicarlo; juzgad pues estos serventesios endecasílabos sáficos a la francesas.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Tommy Duque, Ann🌼
Comentarios2
Es un placer navegar en tu MAR de bellos versos
Según yo es un Soneto Inglés.
Y sí está muy bueno.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.