Después de tres cafés, pensé: ¿Qué daría?, ¡qué daría por meterme en su piel, otra vez y disfrutar de su compañía!. ¿Cómo hacer desaparecer esta sed?. Está de más decir que soy de su propiedad.
No pretendo culpar al amor, ni a la edad, al decir que me idiotiza, cuando soy yo misma quien se esclaviza. Bajo mi voluntad, él me utiliza. Y me gusta, ¡claro que me gusta!. Él también lo disfruta, y yo amo cuando me usa, como se quita la camisa. Él cree que en su vida soy una intrusa, aunque tan solo quiero ser su musa, pero a él no le interesa. Ya sé que perdí la cabeza.
Con los animales de testigo, que vestí la piel de él, como abrigo. Me sentí como Artemisa, rodeada de fauna y naturaleza, con su esplendor y belleza. De él soy sumisa, encadenada a su sonrisa, con su mirada que me hipnotiza, de su templo soy la sacerdotisa.
- Autor: Diana Alvarado ( Offline)
- Publicado: 7 de octubre de 2022 a las 09:09
- Categoría: Amor
- Lecturas: 56
- Usuarios favoritos de este poema: Classman, DRM, alicia perez hernandez, Rafael Escobar, Ben-.
Comentarios4
Muy lindo poema. Saludos
Muchas gracias, saludos. 🙂
todos somos esclavos de algo o de alguien es una manera de vivir cuando sentimos placer
♥️
Sublime, sensual y romántico. La mejor receta para un poema de amor y pasión para dejar hermosa huella en el corazón.
Mi felicitación y admiración te llega con mi mas cálido abrazo lleno de grande cariño.
Muchas gracias, me halaga que le haya gustado.
Me gustó, definitivamente, me gustó, un abrazo.
Muchísimas gracias, un abrazo también.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.