Las cosas que la pandemia
ha cambiado para siempre
desde que ya no transito
hasta el almacén de enfrente
es que ahora no hago compras,
me las hace la otra gente
que lee lo que yo pido.
Escribo lo que prefiero
en un sitio de la red
que tiene el almacenero,
donde elijo lo que quiero
de eso que necesito
para tener de comer
en la semana siguiente.
Nos lo preparan temprano
con mi nombre en la comida,
los llamo cuando llegamos
a la hora establecida,
esperamos en el coche,
abrimos nuestro baúl
cuando vamos a buscar
las bolsas llenas de cosas
que trae una adolescente.
- Autor: Lucy (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de octubre de 2022 a las 21:35
- Comentario del autor sobre el poema: Aunque no hay más restricciones por la pandemia, seguimos teniendo la buena costumbre de que nos hagan las compras de comida semanales por encargo, pagando un recargo pertinente. Vamos los sábados de mañana y como dice el poema, una jovencita que trabaja para el almacén nos lo trae hasta el auto, después que pagué todo con una tarjeta de crédito que nosotros autorizamos antes de cerrar el pedido. Todo muy práctico, y si bien a veces no es exactamente lo que pensábamos que íbamos a traer, la mayoría del tiempo está todo bien. Lo más importante es que es muy cómodo y nos organiza la comida para la semana.
- Categoría: Familia
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: Sierdi, alicia perez hernandez
Comentarios1
Antes exploraba en la dura selva,
Buscando palabras, para la cena.
Ahora, usted me entretiene,
con cotidianas historias, que vuelan por los aires y llegan a mi casa.
Un saludo.
Increíble que alguien viva tant cerca de al dura selva. En Buenos Aires la selva es de cemento y calles asfaltadas, miles de kilómetros antes de encontrar una selva, dado que se vive lejos al sur del Trópico de Capricornio. En Canada no tenemos selva tropical, pero cerca del polo se puede uno encotrar con algún oso suelto... no muy amables parece ser. Tenemos miles de lagos y lagunas, pero no selva, hermosos árboles, flores y pájaros pero no selva. Gracias por visitarme.
Pido disculpas porque hice algo raro con mis frases y el poema quedó descuageringado cuando lo traté de editar y toqué alguna tecla rara con lo que salieron los signos del software que se necesita para que las palabras salgan bien y en orden.
Tranquila, que ningún software opaca el alma.
Sus frases claras como agua de manantial.
Aquí hay osos. Pero muy pocos. Escasos como tréboles de cuatro hojas.
Un saludo.
Gracias
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