Te dije que me iba, sabiendo que me quedaba.
Te dije que te fueras, deseando que no marcharas.
Jugué con chispas, acabé en llamas.
Jugué con versos que tornaron en lágrimas.
Jugué contigo, y entramos en guerra,
Reclutando mentiras, desafiando promesas.
Bombas de pasado, recuerdos de vuelta,
Cañones que disparan a heridas abiertas.
Humo por despiste, metralla de ilusiones,
Quebraste mi trinchera con flechas de razones.
Fuimos dos soldados, nos creíamos enemigos.
Sin darnos cuenta, que luchábamos por lo mismo.
Fuiste esa bala perdida, que nunca quise disparar,
Que los dos tuvimos culpa, pero yo te hice llorar.
Y es ahora que me doy cuenta, y es ahora que lo entiendo,
Que en las guerras no siempre hay vencedores y vencidos,
Que a veces solo quedan dos corazones partidos,
Que pensando que han ganado, ya se dan por complacidos.
Y no pido que perdones, solamente que me escuches;
Que quisiera ser el mar donde ahogar tu incertidumbre,
Quisiera ser el cielo donde vuelan tus ideas,
Ojalá ser el norte que encuentres en tu mapa,
Y quisiera ser los sueños que duermen en tu almohada.
Porque tu cara es la forma de mis nubes,
Porque tu luz son los rayos de mi sol,
Porque la voz que me hace perder la paciencia,
Es la misma que me roba el corazón.
- Autor: Laila (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de octubre de 2022 a las 02:57
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., JAVIER SOLIS
Comentarios1
Qué belleza los avatares del amor descritas sabiamente y poética mente por su ingenio y creatividad
Me ha llegado a lo más profundo
Con mucho cariño
JAVIER
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