El poder de Dios visitó a un antiguo profeta.
Desgarrando fibras espectrales de su alma.
Como un abedul desterrado, dejó, abandonada, el arca de su cuerpo.
sorprendido se vio, en un oscuro y tenebroso, Valle de huesos secos.
Numerosas calladas calaveras, cráneos inservibles apilados, en masa.
Una potente voz, mucho más nutrida, y agreste, que un rayo bravío.
En un pútrido aire viciado, lo llevó, por una tétrica caminata, de conciencia.
Indicándole profetizar, a esta esfera de penuria, el mensaje de Jehová.
Si tienes ojos espirituales, no necesitarás de ser sabio, ni ilustrado,
Para ver y distinguir en las calles, hoy en día, aquellos huesos secos,
Caminantes tristes, vacías calaveras, que transitan, a ciegas sin Dios.
Aquella visión fue tan impresionante como verídica.
LA PROMESA;
La restauración de aquellos hombres, que no conocieron a Dios.
Aquellos seres en vida tendrán una abismal transformación.
Los sarcófagos serán abiertos, despertarán con almas renovadas,
Pondrá nueva carne en ellos.
Y vivirán la experiencia de conocer, una nueva casa.
- Autor: Sierdi (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de octubre de 2022 a las 07:15
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: 🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮, Freddy Kalvo, lacarmentere, María C.
Comentarios1
INTENSO
SALUDOS
Muchas gracias María C.
Un abrazo.
Doble abrazo
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