TE CONTEMPLO.
¡Qué hermoso día es hoy! Hoy es de esos días que te invitan a la vida, a captar que cada instante te descarga su sabor y a entender que la belleza en el mundo se respira.
Amanece. Te contemplo... sé que aún estás dormida, y así vuelvo la vista a todos los rincones, a esos que nos vieron abrazados en la noche.
Un reloj en el pasillo. Dos o tres cigarros. Las copas sobre el piano y el aroma de un incienso hace horas consumido.Tus cuadros y tus libros, las ropas esparcidas, y más allá una tele que se quedó encendida y que ahora me recuerda que no vimos la película.
Sale el sol. Los perros de la casa. Los gatos del hogar. Tus medias. Tu fragancia. Todo ahí, sobre el diván.
La botella, nuestro vino, unas tintas en tu falda y la sed que compartimos que borró nuestras palabras.
Nuevamente te contemplo y te logro imaginar. Quizás vas por un sueño de floridas ilusiones, de silentes sensaciones prometiendo mucho más.
No lo sé. Lo desconozco, pero si algo tengo claro es aquello que ha ocurrido: que en tus brazos he vivido lo que no pensé existiera: la secreta primavera de dos almas escondidas.
No me miras. Todavía estás dormida. Y mis ganas de abrazarte, de volver a ver tus pechos, son secretos que me guardo para no quitarte el sueño.
Simplemente te contemplo y detengo las caricias, apago aquel deseo de besarte nuevamente y de ser sobre tu cuerpo el que en fuego se convierte.
No despiertes. No me mires a los ojos si no sientes lo que siento. Duerme toda eternamente sin salirte del silencio. Yo te pienso… yo te pienso y te contemplo no esperando nada más.
Te has ganado este lugar, el lugar que aquí en mi pecho te guardé por tantos años, y que anoche vio su gloria derribando las estrellas, porque noche así, tan bella, no se vuelve a repetir. Y es que si se repitiera no podría soportarlo.
Nos amamos… nos amamos una noche de millones que pasaron, y en millones que vendrán no amaremos de este modo, porque ya no somos niños, ni tan jóvenes tampoco. Somos solo lo que somos y con eso me conformo.
Pero espera… Sí. Despierta. Tal vez sea necesario que contemple tus pupilas, que vea que amaneces encumbrando una sonrisa o hablando simplemente de lo hermoso de este día.
Ojalá… ojalá pronto despiertes y me mires a los ojos, porque, apenas tú me observes, yo seré un beso en tu boca, y seré, de tus placeres, el amor que te responda, y te diga, en este día, que hay un nuevo amanecer: que al inicio hubo dos almas que vivieron escondidas, pero que serían libres al amarse de una vez.
- Autor: Danny McGee. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de octubre de 2022 a las 00:37
- Categoría: Amor
- Lecturas: 56
- Usuarios favoritos de este poema: julian delgado, David Arthur
Comentarios4
Hermosa prosa, muy hermosa, mis respetos, poeta.
Gracias por tus palabras. Un abrazo Kin.
Muy buena prosa. Muchas gracias por compartir su arte.
Buenas tardes. Y saludos cordiales a través de la distancia.
Martha, muchas gracias por el comentario. Un fuerte abrazo.
Gracias a usted por compartir.
Saludos cordiales a través de la distancia.
Una prosa sumamente hermosa y llena de ternura Danny. Hay mucha sensibildad en tus letras amigo.
Un abrazo y feliz domingo
David
Agradecido por tus palabras de hoy y siempre, amigo mío.
Un abrazo y que la felicidad te acompañe.
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