En la quietud del campo,
la noche es perfecta en lo contemplativo,
y con un halo de santo misterio
el ambiente sugiere de amor un ejercicio...
Y en ello adentrado,
humilde a Dios le estoy invocando,
y de paz sobrecogido,
con encendido fervor le magnifico...
Se me va un suspiro,
al pensar que de siempre le conozco,
y con mi fe le adoro,
sabiendo el cómo, en dónde y cuándo...
Más de un alto techo,
sostiene mi tiempo en el que habito,
hasta el momento preciso,
en que me alce del cosmos a su paraíso...
- Autor: el brujo de letziaga (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de octubre de 2022 a las 03:54
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 38
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