J’espère la lumière dans mes yeux, dans ma peau, elle me touche indiscrétement en cachent
La distance inconnue nos sépare, le parfait et l’humane se regardent avec impatience
Les réponds n’arrivent pas
El falso dinamismo envuelve la ciudad, la gente camina en dirección opuesta a sus pensamientos sin reparar en los demás. Son las 3 de la tarde, día lunes
Clara se dirige a su plaza, no sabe porque pero se siente cómoda aquí, acompañada por extraños.
Prefiere no hablar, detesta entablar conversaciones sin sentido, le gusta escuchar o escucharse reflexionar, su voz es muy cálida especialmente por la noche.
Seguramente las personas que la ven hablar sola asuman inmediatamente que no es más que una vieja loca.
Pero cuantas personas hablan solas. Si nos detenemos 15 minutos en la calle podemos ver una cantidad importante de personas inmersas en sus pensamientos que no pueden controlar exteriorizarlos.
Clara es alta, flaca, su ropa siempre está desaliñada, pero siempre fue así, no es cosa de los años, huele a jazmín su flor preferida, su risa es perfecta; contagiosa, escandalosa y placentera al mismo tiempo, pocos la conocen.
Su mirada es tan intimidante que las personas siempre terminan desviando sus ojos, pareciera que a través de sus ojos pudiera leer la mente, será eso que tanto asusta a la gente.
Disfruta mucho observar desde su banco.
Es una ubicación estratégica ya que abarca a la mayoría de las personas de la plaza, conoce cada rincón y susurro desde hace más de diez años.
Como rara vez habla con alguien llama a todos por apodos
A eso de las 16hs llega un nuevo integrante, el hombre blanco así lo bautiza inmediatamente; su cabellera blanca se puede distinguir desde varios metros de distancia, parece ser un hombre solitario, sus ojos siempre miran hacia el suelo, “que buscará?” se pregunta Clara.
Se sienta en un banco enfrentado a ella, saca delicadamente una bolsa con migas y comienza a esparcirlas cerca de el, enseguida las palomas se comienzan a agrupar, mientras comen, él las observa, qué estará pasando por su mente?, dibuja una pequeña sonrisa y saca un libro pequeño
Clara no llega a ver el nombre, rápidamente se puede juzgar a alguien por lo que lee decía con frecuencia, en general nunca se equivocaba.
El hombre blanco leyó aproximadamente una hora, luego se levantó y se fue caminando lentamente. No cruzaron miradas.
Clara luego vuelve a su casa, vive sola, su casa esta en total desorden, pero siempre sabe donde se encuentra todo
Esa noche soñó, hacia tiempo que no lo hacia, al menos nunca recordaba al día siguiente
Al mediodía almuerza, mientras escucha música clásica, sintoniza música bailable y baila unos instantes, alguien se había apoderado de ella momentáneamente.
De tarde va caminando hacia la plaza, se sienta y ve pasar a “Felix” muy apurado con su celular y corbata apretada, en un murito están sentadas “la dupla”, 2 chicas que no paran de hablar, el silencio no existe en sus mentes.
“los hermanos” se sientan en otro banco y comienzan a relatar anécdotas.
De repente divisa una cabellera blanca, inconfundible; es “el hombre blanco” que viene con su caminar ya identificado, lento pero seguro.
Se sienta en el mismo banco de ayer y se relaja, mira vagamente a su alrededor, pero no cruza miradas con Clara.
Saca una moneda y empieza a pasarla por sus dedos, se aburre, al menos eso siente Clara y enseguida saca su libro pequeño.
La curiosidad se despierta nuevamente en ella, lo empieza a observar con mayor detenimiento y comienza a fantasearle una posible vida, en su mente aparecen palabras como “ …….”
Termina de leer unas cuantas páginas y mira hacia el banco de Clara, la mira fijamente, mantuvieron sus miradas por un período indeterminado pero a Clara le pareció eterno, ella terminó sacando la mirada, se sintió intimidada, nunca antes le había sucedido, un leve calor en recorrió sus mejillas.
- Autor: rosi12 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de octubre de 2022 a las 10:35
- Comentario del autor sobre el poema: Es un cuento, que ni se cuando lo escribí, a penas lo leí por encima, y así tal cual lo publiqué, porque evidentemente no quería que perdiera la espontaneidad, y sorpresa que yo misma tuve... . Que tengan un buen día de miércoles poetas de de poemas del alma...
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: José López Moreno., alicia perez hernandez
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