Fuiste Erató, mi musa lujuriosa,
entre todas la más irreverente,
sin decoro, impúdica, y la imprudente,
tan sutil y a la vez la más fogosa.
Te corona la cítara y la rosa,
tu cuerpo que me muestras indecente
memoria de la noche más ardiente,
cuando mi labio besó el de una diosa.
Impúber, juvenil y tan liviana,
me amaste sin mesura y protocolo,
suspirando en mi oído casquivana
que serías mi amante, y yo tu Apolo.
Y todo terminó por la mañana,
salió el sol, te marchaste, quede solo.
- Autor: Raúl Carreras ( Offline)
- Publicado: 27 de octubre de 2022 a las 04:53
- Categoría: Amor
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque, SOY.-, Antonio Miguel Reyes, Martha patricia B, Freddy Kalvo, Alexandra L, Rafael Escobar, Lucía Gómez
Comentarios2
Llegó y pasó como estrella fugaz
y voló al horizonte como un alcatraz...
Abrazos fraternales Raúl.
Muchas gracias, Freddy. Un saludo.
Maravilloso soneto, sin nada que envidiarle a los de Garcilaso de La vega. Llega hacia ti mi fraternal abrazo con gran admiración y sincero aprecio.
Qué gratas palabras me dedicas, Rafael. Muchas gracias y un abrazo.
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