Cuando mire por la esquina,
ya solo había y cal y sangre.
Cuando quise darme cuenta,
solo distancia y abismo.
Mis coordenadas
daban error en la fatiga,
en el suelo tremendo y perverso
de la llama negra que no habló,
ni siquiera con el mar de las estrellas
ni con la osada marea de silencios
que rompía la locura.
Cuando giré mi rostro,
ya se había ido.
Tempera descolorida
que yo creí ser nada,
ser sólo el azote
de un ingenuo profesor,
pero no.. terminó el combate
y ya el vendaval de las heridas
empezaron a secar
no sin antes supurar dolor y rabia,
locura, calamidades que destrozaban todos mis frentes.
Empezó a sanar el desgarro
y comprendí que todo
era parte del plan,
¡que duro mi Dios!!
Eres bravo y terne,
y atrevido, y perenne
y un guerrero que entrena con clamor.. clamor? Y amor. Amor?
(Yo creí morir..)
Da tregua en la lucha
y promesas que cumple.
Cuando yo me di la vuelta,
sólo había una esquina blanca
de pincel y cal...
- Autor: poetalibre ( Offline)
- Publicado: 27 de octubre de 2022 a las 18:43
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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