Si llego a saber que la primavera
me iba a estar esperando
apostada en trincheras otoñales
para pasarme la factura
de las ilusiones incipientes,
me habría dedicado a jugar
a dejar pasar los sueños.
De haber sabido que el oasis
primerizo me perseguiría
noche y día por los desiertos
al ayer abiertos, le habría dicho
a mi padre que plantase cactus
en lugar de plantar palmeras
en el jardín donde aprendí
a levantarme sin mediar caída.
Si llego a saber que aquellas brisas
se llevaban mis primeras risas
para devolvérmelas al cabo
de tantos vendavales convertidas
en lóbregas carcajadas,
me habría buscado un muro gris
para ponerme a la esponta
de los vientos del destino.
De haber sabido que a los vuelos
más inocentes, una vida más tarde
les iban a salir garras y dientes...
me habría negado a ser feliz.
- Autor: Joseponce1978 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de octubre de 2022 a las 06:32
- Comentario del autor sobre el poema: Esto es un decir. No cambiaría mi infancia por nada del mundo. Tal vez sí me gustaría ser algo menos nostálgico, pero eso tampoco puedo cambiarlo. La expresión ponerse a la esponta de algo, aunque alguna vez lo he buscado y parece ser que no viene recogida en la R.A.E., es muy utilizada por esta región para referirnos a parapetarnos del viento. Podría haber utilizado este término, pero parapeto es más genérico, y puede servir para cubrirse de las balas o del enfado de la suegra. Entonces, los murcianos, que somos más chulos que un ocho, nos hemos inventado lo de esponta para referirnos solo y exclusivamente a cubrirnos del viento. Además, es una palabra sonora y que a mí me gusta mucho.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
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