Si Ramona sin saber ni tan siquiera sospechar de que sus hijas están en un aprieto o un problema social, el cual, es llamado prostitución, y más en esa habitación se aferra al deseo y a la mala insistencia cuando no escucha ni un grito en su hogar, y era el de su hija mayor peleando con su esposo porque él quiere que se porstituya, incluso anteriormente llevó a la hija de Ramona, a un prostíbulo para que se prostituya, pero, no la muchacha con sus principios y moralidad bien arraigada no le permitió hacer semejante cosa y se marchó de allí. Cuando las hijas de Ramona, con sus principios, moral y virtud y en su afán y delirio sosegado se vio Ramona tan fría y tan indeleble de tiempo y más de esas huellas en las que el tiempo y más, esos hombres le acechan con devorar a su pobre insistencia, cuando en el embate de creer se vio automatizada de espantos nocturnos, de sombras adheridas a su piel y más en el instinto sosegado de permitir en que la fuerza de un hombre en el delirio funesto y en la mala presencia de presentir fuera mayor que no amar a sus hijas. Si en el tiempo y más que eso se vio Ramona maltrecha y desorientada como buscando una salida, en la cual, la red de la prostitución, una sola red se electrizó en una mala esencia de llevarse a sus hijas como que en el instinto se vio sosegado y maltrecho como que el destino fue como la era y tan trascendental. Cuando en el alma de Ramona se fue como de costumbre, y queriendo acechar como toda verdad, pero, la sostiene como un guante en sus manos o como mitones, los cuales, posee un asir y un altercado frío de creer en el alma a ciegas cuando en el alma se siente como el pasaje de esa alma sin regresos. Cuando en el delirio frío se siente Ramona como un único y nefasto deseo de entrever el deseo de ver el cielo inalcanzable y más en el alma fría y tan indecente de dar una conmísera mala inexistencia en su vida y más de creer que sus hijas van en buen camino. Cuando en el ademán frío de ver el cielo de mágica existencia en una sola verdad se vio, Ramona, cuando en el alma se da como las trascendencias automatizadas de espanto. Y Ramona si con el desastre de brindar una sola insistencia se vio mortífera y letal y tan álgida como al acecho de creer en la única salvación: el presente. Y se vio letal y real, y tan conmísera como la mala insistencia en dar una sola solución en creer que la red nunca llegará a sus hijas por encomienda de la vida. Cuando en el delirio automatizado de espera y de una gran insistencia se vio y tan álgida como la misma nieve en el mismo suelo. Cuando en su vanagloria se vio fríamente indecente, pero, tan inocua como la vida misma.
Y sus hijas arriban casi sollozando en el tiempo cuando le expresan toda la verdad a Ramona. Y Ramona petrificada y muerta de miedos y de temores inciertos, cuando en su afán de querer ocultar a su verdad, se vio Ramona fría y tan álgida como el deseo y como la misma certeza en poder creer que su historia pasa en la realidad nuevamente. Cuando en el instinto frío y sosegado de creer en el alma muerta e ineficaz se obtuvo un desafío y era poder encontrar o decir toda su verdad. Si en el desierto mágico de la vida de Ramona, se edificó su mala esencia cuando le cuentan la verdad y de que sus hijas se ven envueltas en la red de prostitución y más que esa red persigue a su madre Ramona. Cuando en el ademán frío se vio atormentada, Ramona, y de un mal incierto y no quiso dar ni decir la verdad. Cuando en su lamento frío y tan álgido se vio envenenando el frío y la mala insistencia de creer en el alma muerta. Si Ramona en el delirio frío de esos hombres en su piel como en lo que fue un delirio álgido se ve como el instinto de creer en el alma como si pasara una mala situación con sus hijas. Y se fue, Ramona, en el ocaso frío de una tarde, cuando pasó toda la noche en insomnio, si en el instante se vio álgida y demasiado gélida. Cuando, Ramona, por creer en el suspenso de un tiempo y sólo en el instinto se vio efímero el mal deseo y como un desafío en el alma, sí, esa alma que no vendió nunca ni la luz de sus ojos, si se vio cuando Ramona, como la indeleble de hacer creer que los besos de esos hombres quedaron intacto en la misma piel, en que se cuece de espantos nocturnos. Cuando, Ramona, en su delirio se ve fría como la verdad inocua, sí, Ramona, se siente como el frío o como el hielo gélido, en el cual, se siente como la verdad fría que no desea revelar jamás. Si, Ramona se pierde en el instante de expresar la verdad cuando en el delirante y latente desafío se vio muerta de miedo por revelar esa verdad oculta. Cuando en el instante de electriza la manera o forma de creer en el suburbio de su pobre corazón. Si, en el ocaso frío en ofrecer una pureza de verdad se vio eléctrica y mal inconsecuente en decir la verdad fructífera de un pasado, en el cual, le dejó mucha empírica y mucha experiencia de vida automatizando la espera en poder decir la verdad a sus hijas. Si, Ramona, en el ocaso álgido de creer en la verdad de sus hijas indaga más fuerte como la misma certeza de dar a la vida una sola esencia y era que esa red la persigue a ella desde hace mucho tiempo. Cuando en el delirio frío se identificó más la vida y más el fungir como dama prostituta en la vida entre la vida de unas hijas, las cuales, con moralidad, y principios fueron educadas de tal forma y manera en que el desafío de Ramona, se vio frío y como la única insistencia de dar una conmísera mala existencia de hacer creer en su débil compasión de que su mundo se le viene encima. Y sus hijas muertas de desesperaciones, de temores y de insalubridad en creer que caen en esa red de prostitución. Cuando en el embate de dar con la única seriedad de que sus almas eran quizás las más débiles si se vieron tan frías, mal inconsecuentes y por una sola debilidad malhumorada de principios, moralidad, y virtud, que ella conocía desde niñas. Y, su madre Ramona, nunca quiso decir ni expresar la verdad sino que la ocultó toda y más sin más ni poder auscultar una verdad que ella misma no revela. Sí, Ramona dice, “ni Dios podrá saber la verdad...”, como si Dios no la puede saber yá. Y con esa frase de Ramona ocultó toda su verdad fría, álgida como un hielo, pero, real como la transparencia de creer en que su verdad hechizada el temor y la mala ansiedad. Cuando en su tiempo y espacio, se vio mortífera y letal como el alma a ciegas de un temor clandestino y de una soledad casi translúcida de creer que su tiempo acaba como termina el amor en su pobre corazón amando siempre al corazón de sus niñas. Cuando en el alma de Ramona, la que no vendió jamás, ni en la dulce compasión de creer en el amor a toda costa, se vio como la luz de los ojos, cuando se electrizó su forma de dar con esa luz en sus propios ojos, observando todo desde una perspectiva de asombro y de sombras muertas y débiles de automatizar la espera sin compasión. Cuando en el alma efímera de dar una sola insistencia se vio increíble como indeleble de dar una conmísera mala jactancia de dar de esa verdad una sola desilusión. Y sin expresar jamás esa verdad cuando en el embate fructífero de Ramona, se electrizó su forma adyacente de observar a sus hijas con temor y con mucha ansiedad y se dijo una vez más que… “ni Dios podrá saber la verdad…”, y con esa frase de Ramona, se vio mortífera e intransigente, letal y mortal, llena de sombras oscuras y de ansiedad adyacente de furias muertas. Cuando en el afán de dar con la conmísera mala atracción se entregó una vida y una herida también, de creer en el funesto instante de creer con la única salvación de esa mala vida que tuvo Ramona en su pasado. Si, en su pasado fue como el mal atrayente de una indeleble mala situación en su alma y más en su mundo decaído de ansiedades y de horrores penitentes de iras y de mala vida, sí, la vida y el mal pasado. Cuando en su mundo cayó como piedra en el suelo, o como viento en el cielo, no era demasiado gélida como el mismo mal tiempo. Cuando en el alma de Ramona, quiso en ser incierta como trascendental y tan transparente como el frío en su alma fría. Si como el deseo y la excitada euforia fue nuevamente la historia de Ramona, sin querer ni sospechar en derribar la certeza en abrir la calma ni la insistencia en saber de que su mundo era como el frío álgido. Como que la mala persistencia en creer en una huella indeleble en ofrecer el instante se vio tan fría como tan álgida el tiempo y la herida. Cuando en el tiempo, y casi en el mismo instante en que su pasado era historia, la furia de Ramona quedó como tan gélida, y como universal en el frío mundo. Cuando en el arte de creer en su insistencia se vio, Ramona, peleando el corazón de sus hijas como un trofeo o una meta a la que desea llegar. Y los hombres o esposo de sus hijas fueron preso, pues, no hay forma de educar a una persona, sino es con la ley, y las hijas de Ramona dieron una eficaz trascendencia cuando sus principios, moralidad y virtud fueron veneradas y todo por la fuerza de inteligencia de las hijas de Ramona, en contra de la voluntad de otro. Si la vida y la herida automatizan la verdad, cuando “ni Dios podrá saber la verdad..”, y, sí, que así fue, pues, la verdad no salió de su propio instinto ni de su propio coraje en el mismo corazón y siendo la dama prostituta, Ramona.
FIN
- Autor: EMYZAG (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de octubre de 2022 a las 00:03
- Comentario del autor sobre el poema: ~ * ~Sinopsis: ~ * ~Ramona una mujer que fue prostituta le enseña a sus hijas otros valores y principios en la vida…hasta que las hijas caen en la red de prostitución que sigue a Ramona y no supieron nunca cómo defenderse en la vida ni de esa red…Mi #17 de novela en el año 2022…Mi #105 de novelas cortas hasta el año 2022…
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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