*SUEÑOS DE BASQUETBOL*

En el básquet de la vida
yo marqué cuantiosos tantos,
entre sonrisas y llantos
y el coraje que me anida.
Juego mi última partida,
(la más dura, ¡si la habrá!),
mas la pelota entrará
con vuelo a lo Harry Potter,
¡enfrentaré al Globetrotter
y hasta a la NBA!
 
Parpadeos de ilusión
y la vista a media asta,
me hicieron ver la canasta
y me imaginé campeón.
Siempre tuve la afición
por el básquet, mi locura,
yo intentaba (¡caradura!)
disparar directo al cesto...
Mas, oí: “¡No intentes esto,
porque no te da la altura!”.
 
Ya lo asumí: soy petiso,
mas, también osado y loco:
Do la anaranjada emboco
tiembla el tablero macizo.
Soy un cohete huidizo
que en la cancha causa estrago,
ante el Washington no amago
y es mi tiro una escultura
frente a siete pies de altura
de los Harlems de Chicago.

Me inscribí en la mejor liga,
en la liga de poetas
que pretenden ser atletas
a quienes el reto obliga.
No me invadió la fatiga
ni me atrapó nunca el bar,
puse sudor a mi azar
y al cielo gris puse azul,
yo enseñé al Chicago Bull
cómo hacer para ganar.
   
Desde tres metros la cesta,
orgullosa de su altura,
tuvo miedo a la bravura
de mi catapulta enhiesta...
Mi brazo la llevó puesta
con la suerte de un tahur,
paseé a todos en un tour
y hoy la medalla levanto,
ni Ginóbili entró tanto
en el San Antonio Spur.
   
Siempre cumplí con mi rol
a pesar de mi estatura,
adoptando la postura
que embocara hasta en el sol.
Mis sueños de basquetbol
los festejo con un canto,
hoy ante el cesto me planto
con la esférica que inserto
antes de que yo esté muerto
por lograr mi último tanto.
       
*© Rubén Sada. 30/10/2022.*