**~Novela Corta - Sola Mujer - Parte III Final~**

Florencia, después de laborar como bienes raíces en esa vil noche, recordó, pensó y sintió sobre su alma y su corazón y decidió navegar en su computador. Florencia, encuentra un bello y hermoso portal del amor donde siempre se encuentra al amor en espera. Florencia, se suscribe en ese portal del amor, donde añade toda su información, menos su fotografía, como ella es fea físicamente, no es que sea fea sino que insignificantemente débil y de carencia en belleza. Cuando en su afán de creer en el imperio, y en el amor quedó como un sólo suburbio en creer lo que resta como el efímero desenlace en dar una sola verdad. Y le agrada a Florencia, el portal del amor, pues, ella cree en el deseo de convertir a su corazón en un sólo amor, como poder sentir el suave murmullo de creer en la mala soledad que le embarga desde que Fragatho la dejó con su propio amor en el corazón. Y, Florencia, fugó a su alma, esa alma, que lleva la luz del cielo, la luz de sus ojos, y la luz universal de su mundo. Cuando, de repente, Florencia, cree que aparece el gran amor de su vida, sí, en ese portal del amor. Si en la insistencia de su sola presencia se vio como sola mujer en el altercado frío, si el hombre del portal del amor, en el cual, se siente tan frío cuando en el frío se percibe que ése hombre le corresponde a Florencia. Si Florencia llenó toda información en el portal, de cómo es ella, pero, sin su fotografía de soltera mujer. Y, Florencia, se fue por donde se llena la vida de un paisaje cuando Florencia, sólo sale a recorrer su tiempo, su espacio y más que eso su vecindario. Conoció Fioppy a Lala, una perra hembra vecina y quedó enamorado, y ella se dice que… -“y tanto pecado es poder amar”-, cuando en su delirio se vio fríamente indeleble como el dolor o como el sufrimiento de un pasaje de ida y sin regresos y si Fioppy se va de su vida como los hijos emigran del hogar, y si Fioppy se casara con Lala, a dónde irá Fioppy y dónde queda Florencia. Y se llenó de desilusiones, de sufrimientos, y de inocuo dolor, cuando en su delirio y más que eso se vio atormentada de desavenencias inconclusas. Y, Florencia, regresó a su hogar y al computador, y ése hombre que le escribe, se elevó su razón y más que eso se llenó de tiempo, de amor abstracto en el corazón, sintiendo el amor en cada razón de ser. Y, Florencia, que le contesta su amistad cuando logra quedar en el desierto efímero de creer en el embate y en una sola conclusión, y fue que el amor llegó a su alma desierta y tan efímera como la pura verdad. Cuando en su afán de vanagloria del dolor y la trascendencia de creer en el alma se imparte una sola razón, y un sólo deseo de entregar el solo corazón amando una vez más, y sí, que era otra oportunidad. Si en el desafío se identificó como la vez aquella en que se fue de la órbita lunar cuando quiso atrapar al amor entre la red de su solo corazón. Y en el delirio frío de creer en la sola imperfección de un corazón enamorado, Florencia, se vio fría y letal y tan mortífera, como tan trascendental, como la euforia de creer en el trance de lo más imperfecto de lo inusual, cuando cayó en el peor de los amores en un buen amor. Y Florencia se dice una vez más que… -“y tanto pecado es poder amar”-, si se siente como un solo pecado en creer en el buen amor de su propio corazón, cuando en su instinto se vio indeleble, pero, como tan inmortal y sin más amor que el mismo cielo sin vuelo y, aún, el corazón sin ser flechado. Cuando en el desenlace frío del altercado álgido se vio Florencia como una virtud en extraer del amor una sola esencia, una sola insistencia, y un sólo corazón debatir en ese portal en hallar al amor de Florencia. Cuando en el desafío en una sola y exacta esencia se vio Florencia con la virtud exacta y tan real de cometer que le había llegado el éxito en un sólo amor con ser deseado. Si en el portal del amor, se vio efímera como de corta duración en el amor a toda costa, cuando Florencia, necesita el amor urgentemente. Si el amor de Florencia se vio extraída de tiempo y de un sólo capricho de creer en el trance de ese amor en el portal del amor. Y quedó prendida de amor y más que eso de una pasión en esas hermosas palabras que le expresa ése hombre a través del portal del amor a Florencia. Y quedó como el deseo y más como el deseo de envenenar a su propio coraje de amar con el solo corazón amando más. Cuando compactan y se concuerda en encontrarse de rumbo hacia un sólo destino. Y le dijo el hombre en la plaza de la ciudad en occidente que se llama Fragatho y Florencia le dice que… -“y tanto pecado es poder amar”-. 

FIN