Las notas de mis canciones deambulan en el pentagrama;
huyen desorientadas, se descarrilan.
Ni siquiera han acariciado los tímpanos
de tu anhelado corazón.
A decir verdad,
en verdad nunca calló el corazón;
ahogó sus propios versos,
y ahora está repleto de frases e historias que no se dijeron.
Las palabras presas e impotentes, cual inocente condenado.
Sufre el corazón cuando calla,
porque te mira, escucha tus murmuros,
siente tu tacto, y despierta a la realidad.
Sonríe corazón porque eso es signo que lates,
aunque en silencio,
tus latidos aún retumban en ajenos oídos.
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