Resplandor de un día, convocación
de dioses más taciturnos, nuestras
evocaciones, no fueron, sino sortilegios
de una despedida: adioses carcomidos
en la mitad de la vereda. Pinares
antiguos, viejos, y arcaicos, piedras
sin santos, aburridos y maquinales,
nos esperaron, serenos y altivos.
Fuimos eternidades que se cruzan,
que mantienen alta la moral en la vigilia,
para luego, escaparse y morar en la cuneta.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 5 de noviembre de 2022 a las 01:10
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 44
- Usuarios favoritos de este poema: Alberto Diago, alupego (Ángel L. Pérez), Haz Ámbar, Rafael Huertes Lacalle, David Arthur, alicia perez hernandez
Comentarios2
Interesante poema, muchas gracias por compartir sus sentidas letras.
Buenas noches, poeta.
Gracias Martha, un saludo!
los cambios del siglo poeta gracias por compartir
nuestras
evocaciones, no fueron, sino sortilegios
de una despedida: adioses carcomidos
en la mitad de la vereda. Pinares
antiguos, viejos, y arcaicos, piedras
besos besos
MISHA
lg
Gracias Misha, un saludo!!
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