Recuerdo de una flor

Flor marchita que en el suelo yace

de un color antes tan vivo,

hoy fenece opaca y desdeñada.

¿Será perjurio a la tierra desconocer de tu existencia?

¿Ha sido tu vida lo suficientemente digna de rememorar o es que ser y haber sido bastan?

Respuestas antes tan claras como el rocio que te despertaba

hoy en la niebla desaparecen.

Y es que aún con todas las palabras con las que se adorna a la luna,

sigue siendo luna,

sigue siendo nuestra.

En este, tú postrero día mereces todas las complacencias que jamás se te otorgaron flor,
mereces felicidad,

mereces libertad,

mereces los poemas con los que se galardona a las demás flores,

aunque sin ellos seguirías siendo flor,

seguirías siendo tú.