Mentira

Alberto Escobar

 

¡Aplaudid amigos, la comedia ha terminado! Según Suetonio dijo Nerón antes de morir. Pidió antes de morir un espejo para verse la sortija de sus cabellos y sus mandíbulas desencajadas. Hizo que se las encajaran. Llamó a sus amigos a que entraran y les preguntó si a su entender había representado bien el mimo de su vida. Animaba a que aplaudieran si así lo había merecido el papel representado en su comedia — "Si ha salido bien la comedia dad un aplauso y despidámonos todos con alegría —al modo de la fórmula «spectatores plaudite» con que los comediógrafos latinos invitaban al público a aplaudir. 

 

 

Todo es mentira, 
todo es farsa,
lo que me rodea espejos
superpuestos, imagen nítida
del desprecio, cóncava efigie.
¿Todo lo que me han vendido?
Mentira, todo patraña.
Todo lo que material me dicen
es humo de pajas, es caminar
en pos de una meta que se diluye
en la niebla, como día de otoño. 
Todo mentira salvo una cosa:
respiro, el aire que entra alimenta
mi alma, eso es lo único, el aire. 
Mis ojos no son de fiar, mi oído
alucinaciones deja entrar por las orejas,
mi tacto es más ácido cada vez, 
el sabor de mi lengua es viperina
y huelo el miedo escondiéndose
tras las esquinas, acechándome. 
A cada paso toco las piedras 
que me tocan en el camino,
quiero cerciorarme de que existen.
Sí, existen, pero el significado 
que les otorgo no hace justicia a su materia. 
Significo mal, no sé dar semántica 
a lo que me voy encontrando, me falta seso. 
Solo puedo atenerme a que respiro, solo. 
También al hambre, siento ganas...
Me toco el bolsillo y no tengo nada
—tendré que mendigar un rato. 
A lo lejos veo una venta, mentira,
me acerco con la sed de un sediento
y el hambre atroz de un gato, desaparece
a medida que me aproximo, es un espejo,
un espejismo como esos de sol contra asfalto,
de esos que un amigo ficticio inventa con la mano
tendida cuando no hay mano ni amigo.
Todo es mentira, es incierto, fábula. 
No me resisto a creerlo, alguna verdad
debe albergarse tras los tejidos. 
Soy quijotesco, lo reconozco, y no renuncio
a los gigantes cuando molinos de viento.
No puedo —ya quisiera— aunque me lo digan
despacio y con un croquis, en morse o en chino;
no puedo renunciar a la esperanza...    
Eso de tener tanta hambre como un gato...
Cosas mías.

Ver métrica de este poema
  • Autor: Albertín (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 15 de noviembre de 2022 a las 08:18
  • Comentario del autor sobre el poema: El Nihilismo de Nietzsche sí es verdadero —me atrevo a afirmarlo aunque a riesgo de equivocarme.
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 38
  • Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, lacarmentere, Lucía Gómez
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Comentarios +

Comentarios1

  • lacarmentere

    MAGISTRAL!!!👏👏👏👏
    (de alguna manera se conecta con lo que estoy atravesando... muchas mentiras)
    Agradecida de poder leerte.
    Abrazo 🥰

    • Alberto Escobar

      Me alegra servirte de consuelo Tere. Creo que a medida que crecemos vamos formando una cebolla que, cuando nos caemos del caballo, empezamos a rebajar capa por capa hacia lo esencial. Otro abrazo para ti.



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