Habrá un cuerpo quizás
en la derrota última íntima
prosperando a favor del vacío
su ínclita majestad falacia
en lo inquebrantable del océano
palpitando sedas contrarias, deslices
estomacales. Habrá una odisea
de labios, la indigestión de una diosa,
su flema drenada, destilando metálicos
llaveros de obsidiana. Una flecha incendiará
aires opuestos, contraventanas iracundas,
habrá quizás un cuerpo, en la derrota íntima,
arcaica.
No, no seguirá el frío al gélido resplandor.
Tras la tráquea el opositor disminuirá su celo dogmático,
su diestra señoría sucumbirá bajo los testículos prudenciales.
No, no seguirá el sarmiento abrasando los hologramas.
Tampoco la vida estrenará bocas arrasadas por el hambre.
La discordia de una guerra que todavía colea-.
Llenando y merendando periódicos
deglutiendo el ánimo balsámico
la concubina aplazada el accidente geográfico
el malestar de un hígado que hunde su raíz hipoalergénica.
En lo hondo, lo más profundo, se estanca
y cubre su postura de sueño realizable apenas-.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 19 de noviembre de 2022 a las 10:18
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: Patricia Aznar Laffont, WandaAngel, Freddy Kalvo, alicia perez hernandez
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