Algo que nunca se va:

Ahí va, serena en la vereda
caminando agonizante a ratos
pero valiente haciendo mares
de los llantos.

No es algo tangible
no tiene forma
ni sensación propia,
a veces se camufla en los balcones
llenos de ventanas y puertas
que dan a la luna del cielo más oscuro.

Es propia del humano,
no hay quien la conserve más
que el desesperado
y ni hay quien la añore más que el derrotado.

La que parece irse con el último suspiro
antes del fatídico final
pero regresa en la sonrisa
con la fuerza del huracán.

No es la última en irse,
porque nunca se va
solo se duerme
hasta que algo la vuelva a despertar.

Habita en lo más profundo de nosotros
al lado del corazón
porque a veces es tan grande
que no se puede guardar
en un quebradizo cajón.

Si la fe mueve montañas,
ella mueve universos
aplaca tempestades
seca océanos enteros
rescata a los insalvables,
con ella y el indomable espíritu humano
es imposible contar nuestras hazañas

Y está en vos,
en tus párpados con sueño
en tu disgusto frente al espejo,
anida en la fuerza de tus puños
y la fortaleza de tu espalda;
nada más requiere que la llamen,
con el grito más primitivo
con la lágrima más delicada.

Ella no le teme a nada,
no retrocede ni un paso
no existe la palabra ruina en sus haberes
así cómo vos nunca te has rendido
ni en el más duro de tus ayeres.

Jamás le pertenecerá a una causa,
su único dueño somos nosotros
y podemos usarla en lo que se nos venga en gana.

En las mil catacumbas del frío
en los antiquísimos miedos
de nosotros los fulanos,
a las que esperan a sus hijas
a los que reservan el cariño de sus hijos
cuando los estudiantes se quiebran
y a los amigos la calamidad supera,
ahí... ¡Ahí es cuando está más viva!
¡Cuando más oscuro este el universo!
¡Más azote el temblor!
¡Más quemen las llamas!
¡Ahí! ¡Ahí se mantiene estoica y perenne!
¡En el terror más gélido del alma!
¡Está viva! ¡Arrasando galaxias!
¡ESTA EN VOS!
¡ESTO A LO QUE LLAMAMOS ESPERANZA!