¡Yo a la gloria un día le pregunte!

¡Yo a la gloria un día le pregunte!
Hola gloria de mis alimentos penas de mis sentimientos, habla con tú discípulo y siéntalo a la verá tuya y dile qué me deje vivir aquí en la tierra, un poquito más,
No quiero flores ni rezos ni abalanzas y menos rosas negras encima de mi sepultura,
Cielo que encima de las nubes estas acógeme más tarde,
No dejes que el pecado en rever día me se clavé como un cuchillo en mí lastimado corazón,
Porque cruzas el camino hacia la penumbra de la soledad, siendo la gloria mi destino viendo tus ojos traicioneros que al mirarme esta mañana me has matado,
Bajo el Ángel bajado del cielo buscando mi alma,
Porque me traicionas con tú alma y tú corazón traicionero, dándome muerte bajo la luz del mismo cielo, yo a la gloria le pregunte alzando la vista al cielo,
Que si yo muero en este mundo traicionero por falta de un te quiero,
La gloria un rayo mando con una voz sonante y al oído me dijo tienes un amor traicionero y no te dejara tú subida a la gloria, son amores en gloria bacía, te miente el sí quiero y el no puedo,
A la gloria le pregunto y le digo no me lleves déjame no tengo tiempo son penas de mi alma,
Amores que matan era linda y hermosa carita color de rosa labios de mermelada,
Como no le podía dar yo un beso en su tierna y cálida boca,

¡Yo a la gloria, un día le pregunté!
Con palabras yertas y mudas,
Palabras de pensamiento.
Palabras que solo mi corazón conocían.
Y muy amorosamente, escudriñó mi alma.
Conocía mi vida, mis triunfos y pecado.
Sentí, en ese momento, lo diminuto y pequeño que yo era, frente a él.
La Gloria de Dios me cobijó.
SIERDI.