¿Qué castigo más severo que la inhumación
del olvido que lapida nuestra existencia?
El entierro de nuestros indicios apenas promovido
por el olvido en la memoria del ser que se ama.
La remoción de todo rastro, del ímpeto
y el apetito, que esfumará nuestra materia,
de lo que somos... y un día pudimos ser,
en la vida de aquel bello ser, ¡oh excelso ser!
El volcán sin llamas, el fuego sin calor,
y los fulgores vueltos sombras, y los anhelos
que por resquebraduras se escabullen,
el deseo que se ha congelado, y la oscuridad en el orbe,
las cenizas donde se remueve el silencio.
- Autor: GDA ( Offline)
- Publicado: 29 de noviembre de 2022 a las 03:05
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 59
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, alicia perez hernandez, Martha patricia B
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