Cansado y afligido, renunció a esto.
Al murmullo y al estruendo sin contexto.
Dónde está el amor que en mi habita.
¿Será que el pasar de los años le debilita?
Se hastiaron de el mis versos.
Le repelen con ahínco mis besos.
Triste me marcho por tu tibieza
Que están única que opaca tu belleza.
Repróchame el constante anhelo libertario.
No puedo verme envuelto en tu delicadeza.
Pues es intacta la codicia de mi recinto mortuorio.
Que prefiero estar distante a mi tristeza.
Renunció a mi y a la idea der verme enamorado.
Pues hoy prefiero sucumbir al placer del deseo desbocado.
Quiero verme preso de lo sensual desmedido.
Y perderme lentamente en sexo complacido.
Hoy mis sueños se tiñen carmesí.
En llanto libertario estallan mis ojos.
Pues dijo la tenue duda de los despojos.
Quienes valientes afirman no volver en si.
Cruel duda que tú alma intriga.
Han matado mi corazón con fatiga.
Me han entregado a los brazos de la amiga
Dulce ella, mujer que a placer hostiga.
- Autor: César Ortega. ( Offline)
- Publicado: 2 de diciembre de 2022 a las 10:41
- Categoría: Triste
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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