Serían las seis de la tarde
mientras corría descalzo por
aquel jardín de vidrios rotos.
Era primavera y cómo era de
esperar se me encajó una mujer
en la cabeza.
Ardía, pero no sangraba, mala suerte
para mi.
Recuerdo acudir a urgencias y decir a la enfermera: “Se me ha encajado una mujer en la cabeza, me la pudiera sacar por favor.”
La enfermera dió la espalda y se fue,
luego el custodio me echó del hospital.
Llamé al tipo del seguro y le comenté:
“Necesito un seguro contra mujer“, y me colgó el teléfono.
Le dije a mi asistente de emigración que no podía asistir a mis citas con ella porque tenía una mujer encajada en la cabeza, y me puso una orden de deportación.
Fui al neurocirujano y le supliqué:
“Por favor arránqueme el cerebro y déjeme solo lo necesario para dormir“, no accedió.
Acudí a un viejo brujo y mientras me preparaba un conjuro contra mujeres, yo, sin querer, tropecé con una vela encendida y su casa se hizo cenizas.
Comencé a vagar, sucio, desahuciado, con un cartel que ponía “HELP, I gotta woman on my head” y ni limosna me lanzaban.
Le pregunté a dios: “¿Qué hago para sacarme esta mujer de la cabeza señor todo poderoso?”, y empezó a llover.
Nadie me hacía caso, todos me daban por perdido, incluso esa mujer.
Era peor que lo moralmente peor y era de entender, pues en la cabeza se me había encajado una mujer.
PV
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Autor:
Pidio Vives (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 4 de diciembre de 2022 a las 03:49
- Categoría: Amor
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, RIVAS JOSE, alicia perez hernandez
Comentarios3
Jaja me causó mucha gracia, muy bueno me gustó
Muchas gracias Francisco. Saludos
Saludos
Jajaja excelente poema. Saludos cordiales.
Gracias Rivas.
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