No quiero a la mujer empoderada,
mucho menos la “mamá luchona”.
No quiero a la feminazi,
mucho menos su “sororidad”.
Amo a la ama de casa
que sueña ser madre algún día.
Amo a la prostituta
que es defensora provida.
Me enamora la temporera,
me atrae la drogadicta.
Me enamora quien no habla de más,
que da amor a cambio de nada.
Anhelo a la chapada a la antigua:
castidad ante el lecho conyugal.
Anhelo a la patriarcal
que se viste sin provocar.
Justina y sus infortunios de la virtud,
mi alma gemela.
Julieta y sus prosperidades del vicio,
mi opuesto sin más.
Porque mujeres “fuertes” hay muchas,
tantas, que parece una moda.
Pero tras ellas, en la umbra,
yacen las que amo y son criticadas.
Las que son vejadas y calladas,
objetos de desdén y burlas,
femineidades que son nada,
nada… para esta sociedad actual.
En mi mente no hay excepciones:
quien no agradece es malnacida.
En mi corazón no hay diferencias:
el rostro humano de las mujeres.
Lo que callamos las mujeres.
- Autor: Francisco VV ( Offline)
- Publicado: 7 de diciembre de 2022 a las 14:22
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Comentarios1
En mi mente no hay excepciones:
quien no agradece es malnacida.
En mi corazón no hay diferencias:
el rostro humano de las mujeres.
..........................
Muchas gracias!! por tus bellos de preciosos versos dedicados a NOSOTRAS LAS MUJERES.
abrazos y saludos poeta
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